8 feb 2010

Comprar el mensaje

"Los periodistas que dicen que son objetivos son los que más manipulan".
Rosa Montero, periodista y escritora.


La semana pasada comprendí hasta donde el mensaje perverso que nos venden los monopolios de la comunicación puede socavar la armónica convivencia de las relaciones intrafamiliares. El trascendido llegó desde el exterior, una llamada inesperada alertó a mi madre sobre una medida restrictiva que sería anunciada por el Gobierno nacional: "¿Te enteraste Selvita? Parece que se viene otro Corralito, cuida tu plazo fijo por favor". La receptora cortó, fue invadida inmediatamente por el pánico y como método de deshaogo eligió compartir el mensaje con su hijo. Por supuesto que lo legitimó mencionando como argumento el antecedente-económico-marca-registrada del mayor verdugo de las clases media y baja argentinas durante la crisis del 2001 (¿hace falta decir que es el señor de la foto?), aunque no pudo determinar la fuente de semejante noticia vaga que ya corría peligrosamente de tubo en tubo entre la parentela/amigos/colegas y que tampoco estaba exenta de ser el resultado de un teléfono descompuesto. Por esas coincidencias inexplicables que a veces nos brinda la coyuntura, la presidenta Cristina Fernández le contestaba al otro día a ese rumor abstracto con un nombramiento concreto: el de la economista progre Mercedes Marcó del Pont al frente del Banco Central, identificada con la intervención del Estado en la economía y con preservar el valor de la moneda cuidando también el crecimiento de la producción y el máximo nivel de empleo posible para asegurar el bienestar de la ciudadanía, siempre según sus declaraciones.

¿Posee el oficialismo un margen de error suficiente de cara a las elecciones presidenciales como para adoptar una receta financiera de comprobada ineficacia? ¿Por qué se advierte sobre la repetición de una medida neoliberal que estafó a miles de argentinos y arrojó a otros millones a la pobreza si las decisiones adoptadas en materia económica hasta el momento parecieran demostrar que el rumbo es otro? Fueron mis dos preguntas-respuestas para desestimar un comentario que -a primera impresión más que una mentira- me pareció una ridiculez. La defensa del modelo kirchnerista me costó el enojo de mi ser más querido e incluso se me recordó impulsivamente que "un periodista nunca debe perder la objetividad para opinar" sobre la situación nacional.

Resulta ser que el análisis objetivo de lo que sucede en la realidad es la gran utopía de los medios periodísticos actuales, tanto por la selección desideoligazada de cierta información a la hora de difundir una noticia como por el exceso de subjetividad que termina conviertiéndola en una opinión demasiado politizada. Muchos profesionales de los medios han pecado de sinceros al admitir que "la objetividad no existe" pero otros continúan auto convenciéndose de poder ejercerla en un supuesto espacio de periodismo independiente. En la cancha se ven los pingos, por eso el operativo desánimo alimentado por las imágenes de un robo mañanero que se repiten hasta el cansancio, el informe periodístico de aguasvivas y mosquitos que parecieran operar como el maldito riesgo país o los textuales tendensiosos cuidadosamente seleccionados durante una entrevista o transmisión por cadena nacional, arroja por el suelo a la falaz consigna y revela que en ciertas señales televisivas Todo lo Negativo impera sobre el verdadero rol del comunicador social: multiplicarle los puntos de vista con rigurosidad, sensibilidad y solidaridad (condiciones que no prohiben una pincelada de subjetividad) a la sociedad , y no ser malintencionado en cada información que se transmita.

La llamada "Guerra Sucia Comunicacional" sumó en estos días un nuevo capítulo. En esta oportunidad fue la Presidenta quien se encargó de denunciar que fueron suprimidas declaraciones suyas en el canal de noticias TN, justo cuando informó que "accionistas de Clarín" estaban siendo "investigados por lavado de dinero". Hizo hincapié además en la estrategia montada desde algunos medios de comunicación que "quieren el fracaso de los argentinos" y se enriquecieron en el pasado a costa de la sumisión de los gobiernos débiles. Por último, puso como ejemplo la publicación "en la página veintipico, en un pequeño recuadrito (el título) 'Sube la producción automotriz'" por parte del diario que preside Ernestina Herrera de Noble cuando el año pasado, en la época que la producción del sector había registrado una baja, ese matutino "puso como dato en su tapa 'Bajo la producción de autos un 40 por ciento'".

En un país democrático como el nuestro la libertad de prensa significa poder escuchar a todas las voces y expresarse libremente. El conflicto comienza cuando el monopolio transforma este beneficio en perjuicio, a las buenas noticias en información insignificante y a las que no lo son en herramientas de extorsión del poder de turno. Detrás del rumor sobre un Corralito Versión II se esconde el verdadero objetivo mediático: poner en jaque al oficialismo y mantener la influencia sobre todos aquellos argentinos que compran el mensaje del caos inconscientemente. Selvita es una de ellos y a ella tuve que prometerle una falsa imparcialidad para que la discusión no pasara a mayores. No fue una experiencia sin importancia. Todos ellos deberán decirle "no" al juego de la mentira antes del 2011. Si no logramos ese "despertar mediático" a través de la concientización social, tendremos un nuevo 28 de junio pero esta vez será a nivel nacional.

0 comentarios:

Publicar un comentario