11 abr 2010

Lo de antes de ayer y lo que vendrá

Vista panorámica del viernes en el Obelisco porteño.

Lo de antes de ayer fue algo histórico. Lo de antes de ayer me inspiró rabia de no estar ahí y envidia para con los que estuvieron. Lo que sentí antes de ayer lo deben haber sentido miles de argentinos a lo largo y ancho del país que no pudieron hacerse presentes en monumentos históricos y plazas pero participaron, sí, a su manera. Eso a lo que yo llamo “lo de antes de ayer” es la masiva convocatoria por Facebook de 6,7,8 para defender la aplicación de una ley de medios audiovisuales que viene siendo vapuleada por los jueces de los monopolios multimediáticos, y que me hizo sentir más ciudadano que nunca en mis 21 años de vida.

¿Alguien esperaba una concurrencia de semejantes características? Yo creo que no, ni siquiera los mismos foristas que se hicieron cargo de la organización a través de la red social lo presentían. Incluso los integrantes del panel del programa que se emite por Canal 7 se vieron sorprendidos y hasta emocionados cuando tuvieron que manifestar sus impresiones por lo que estaba captando la cámara del móvil. Es entendible, estos episodios no forman parte de nuestra vida cotidiana y ahí está el trabajo para los archivistas: habría que buscar en la historia de la TV nacional si realmente existe el antecedente de un programa que haya logrado semejante participación activa, espontánea y auto-convocada de la sociedad.

Miles de personas llegaron a 9 de Julio y Corrientes portando carteles anti-Clarín y repitiendo cantitos contra la oposición para defender una norma de la democracia en alegría. Pero había una noticia de último momento que no podía pasar desapercibida ni mucho menos: el rechazo de la Cámara de Casación al recurso dilatorio presentado por los abogados de Ernestina Herrera, dueña del Grupo Clarín, para cotejar las muestras genéticas de sus supuestos hijos, Marcela y Felipe, con el Banco Nacional de Datos Genéticos. En consecuencia, el examen de ADN -que significaría, como dijo el periodista Daniel Tognetti, un “jaque mate” a la impunidad y dominación del monopolio- está cada vez más cerca. Y está bien que así sea.

Si bien hasta el momento no hay nada confirmado, la crisis de Clarín abriría el espectro a otros medios nacionales y hay alguien que parece estar muy atento a esta caída estrepitosa: los empresarios cercanos al kirchnerismo. Tanto en el interior como en la Ciudad, el diario que hasta hace un año se jactaba de su hegemonía gráfica bajó muchísimo sus ventas y semana a semana procrea cada vez más lectores insatisfechos, producto de la mentira constante en sus noticias y la “cacería de brujas” desatada dentro de la redacción del diario.

Todos preparan su estrategia y ya piensan en cómo capitalizar a todos aquellos clarinistas que huyan despavoridos en caso de que se materialice la presunción de las Abuelas de Plaza de Mayo sobre la posibilidad de que los hijos de Herrera de Noble sean hijos de desaparecidos. La Nación y Página/12, por falta de tirada o diferencia de estilo, parecen estar en otro camino, es por eso que en los próximos meses el mapa de los medios se modificará radicalmente. De eso no caben dudas. Esperemos, sean quienes sean sus dueños, que sirva para fomentar cosas como “lo de antes de ayer” y estimulen a los ciudadanos a una mayor participación y enriquecimiento de la opinión pública.

Ahhh, y en caso de una nueva movilización, prometo que ahí estaré. Esta vez no me la pierdo ni mamado.